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Software libre y avance tecnológico

Gorka J. Palacio. 14 de junio de 2003

 

No hace mucho los medios de comunicación se han hecho eco de la compra por parte de Microsoft de la empresa SCO (Caldera), uno de los pilares de United Linux. Microsoft intenta buscar la polémica con esa adquisición a golpe de talonario en su lucha contra el software libre y todas las empresas que lo apoyan, especialmente IBM. Pero este no ha sido el primer paso de la compañía de Redmond por aniquilar su verdadero enemigo número uno. Ya hace más de un año que quitó de la senda de Linux a Corel y su excelente software.

 

Este último mes de mayo Microsoft intentó hacer cambiar de idea a los políticos alemanes de los partidos políticos Socialdemócrata y Verdes para que no hicieran la migración -en los 14.000 ordenadores de la ciudad de Múnich- de Windows a Linux y dejaran de apoyar a los programas Open Source. El ofrecimiento de un abaratamiento del 90% en los productos de Microsoft no fue sin embargo decisivo para que los muniqueses cambiaran de decisión, y el 28 de mayo la ciudad bávara pasaba a engrosar las filas de los poscritos de Microsoft. Los ganadores de esta iniciativa serán empresas alemanas como SuSE Linux, IBM Alemania y otras empresas pequeñas de código abierto que ven cómo consiguen por primera vez en la historia que una ciudad con unos 2 millones de habitantes se pase a un sisitema operativo libre. Las razones esgrimidas eran muchas en favor de Linux y la principal para ellos quizás fue la eficacia del sistema operativo Linux en comparación con el rendimiento de la tecnología de Microsoft y su coste. Pero también se han tenido en cuenta otros factores como el apoyo a las empresas alemanas y las políticas de seguridad de Linux o su especial capacidad de acorazamiento frente a los virus que infectan constantemente estaciones de trabajo Windows.

Aprovechando, por lo tanto, que el software libre está en los titulares de la prensa, quisiera expresar varias ideas que creo son básicas para entender lo que significa este movimiento.

Internet no existiría sin el software libre. Ya en los años 60 los Laboratorios Bell cedieron el código fuente de su recién inventado Sistema Operativo UNIX, y desde aquella época pasada hasta la última versión del núcleo Linux, la historia del software se ha fundamentado en el intercambio de información. Es ese intercambio la base primordial de la revolución de la sociedad-red que va construyendo el movimiento del Código Abierto.

Es el software libre un campo de las tecnologías de la información y de la comunicación que con seguridad no tiene problemas de decrecimiento. Es un movimiento que cada vez se va haciendo mayor y que ha tenido en estos últimos años un avance extraordinario. Las estadísticas suelen ser elocuentes. Ya el año pasado un 50 por ciento de los desarrolladores de software tenían pensado el migrar sus desarrollos a Código Abierto. Aplicaciones tan potentes como la suite de informática Star Office de Sun o la tecnología de servidor en streaming de Real Networks han servido como motor tractor de tantas otras aplicaciones menos conocidas que también se están encaminando hacia el desarrollo libre de su código.

La fuerza de esta revolución en la informática y las telecomunicaciones está representada por unos valores y una filosofía desconocida hasta el momento. Es la fuerza de la comunidad y del trabajo en grupo en pos de solventar tareas y objetivos que adquieren de por sí un valor especial en los desarrolladores, los cuales se ven compensados de una forma no-pecuniaria que era insospechada hasta ahora en la época en la que ya ha triunfado en todo el mundo occidental la ética protestante y los valores del trabajo que lleva aparejada.

Estudiosos de las tecnologías y sus implicaciones como M. Castells, R. Stallman, P. Himannen, L. Torvalds y Jesús G. Barahona nos hablan constantemente de las posibilidades que se le abren al homo digitalis para alcanzar más conocimiento en el futuro gracias a la adopción de políticas acordes con los idearios de este movimiento basado en el compartir el código y el conocimiento por el bien mutuo. El movimiento representado por la Free Software Foundation es algo que va más allá de la mera elección de políticas de desarrollo de nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación. Cuando se apuesta por el desarrollo en código abierto, la adopción de estándares y el apoyo a sistemas operativos libres, se está incidiendo en el conocimiento de los miembros de la sociedad digital y no en el mero apoyo al consumo de informática por el hecho de que se acceda a su uso, sin más. En una sociedad digital es tan importante el uso como el conocimiento de las herramientas y del desarrollo de estas ya que es esto precisamente lo que da poder a los ciudadanos y a las organizaciones. Con la adopción de políticas informáticas basadas en el software libre se da conocimiento de redes y de código también a los usuarios, con lo que pueden tomar un papel primordial de actores no pasivos en la revolución digital.

Pero todo lo que representa este movimiento no es compatible con las políticas de la gran compañía que ejerce hoy en día el control mundial de la informática (Microsoft). La compañía del Estado de Washington se está está quedando con la mayor parte de las almas de la población mundial usuaria de la Red y de las herramientas de ofimática y de sistemas operativos de estaciones de trabajo. Es esto algo innegable, como también lo debe ser para las administraciones los sistemas por los que estas compañías van a sacar datos de los usuarios para crear perfiles y bases de datos que a saber dónde terminarán algún día. Siendo la de Redmond (Microsoft) una empresa de una nación que prohibe la encriptación segura a 1024 bits para sus súbditos, cómo vamos a tener los usuarios del planeta confianza en las políticas de seguridad que aparentemente nos van a vender. Y eso es así, aunque hasta el propio Departamento de Defensa de los EEUU confia en la Open Source y sus sistemas de encriptación, y se vale de ellos. Por el contrario, el que ya ha probado la versión XP de Microsoft bien sabe lo que es el control vía red de los datos del usuario y su número MAC de ordenador. Y ante ello, poca gente ha salido a denostar esas políticas intrusistas.

Las redes de laboratorios de hackers y demás agrupaciones de personas que inciden en la enseñanza de las herramientas de software libre que se fundamentan en los conocimientos necesarios para mantener servidores, publicar sin censura, desarrollar programas, dar cursos de informática, etc. son una alternativa que ya está dando sus frutos. Los gurús de la era digital tienen nombres y apellidos que van unidos a estos movimientos en alguna etapa de su vida. El padre de toda esta forma de pensar es Richard Stallman y la imagen más conocida es la de Linux Torvalds, que no hace mucho se le daba el premio al mejor empresario europeo. Linus y Richard son las piezas clave en toda esta revolución basada en la libertad, el trabajo en grupo vía red y la pura satisfación por el trabajo realizado. La competencia que puedan ejercer ciertas empresas de poco va a valer ante este movimiento que es imprescindible para las tecnologías basadas en el lado del servidor, y tendrán que adentrarse en él, como ha hecho IBM y Sun para empezar a comprender su potencial y sacar provecho de ello. Por poner un simil, imaginemos que la comunidad de médicos e investigadores en medicina de todo el mundo trabajaran en red compartiendo sus conocimientos a cualquier momento del día y recibieran como recompensa la solución al momento a todos los problemas que se les presentaran. Con este sistema muchas de las enfermedades actuales estarían ya desde hace tiempo erradicadas. Además, en este ejemplo, los profesionales con grandes sueldos atados a políticas de máximo secreto en los laboratios de investigación poco tendrían que decir ante la mayor fuerza que adquiere el movimiento desarrollado por la Red y que tiene su base en el compartir el conocimiento. Los que sepan acerca de la diferencia entre lenguajes y sistemas de desarrollo libre como PHP, ZOPE, Perl, etc bien saben hasta dónde se puede llegar con el código libre. Los que sólo conocen tecnologías propietarias y cerradas, en cambio, difícilmente podrán llegar a atisbar el futuro que les depara la esclavitud tecnológica por la que se encaminan.

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