Separación de mezclas homogéneas

Para separar mezclas homogéneas se utilizan habitualmente dos procesos: la cristalización y la destilación. Veámoslo en dos nuevas experiencias:

Experiencia 1: Separación de una disolución de agua con sal

El agua de mar contiene gran cantidad de sal disuelta. Si dejamos que se evapore el agua, queda la sal. A medida que desaparece el agua, la sal forma hermosos cristales. Este proceso se llama cristalización.

La cristalización permite separar un sólido disuelto en un líquido, pero ¿cómo separamos una disolución de dos líquidos? Lo mejor es recurrir a la destilación, que es un proceso que aprovecha los diferentes puntos de ebullición de los componentes líquidos de una mezcla.

Para llevar a cabo este procedimiento de separación necesitamos un aparato de destilación. Para conocer su funcionamiento, coloca el cursor sobre las diferentes partes del siguiente aparato de destilación.



Con este aparato de destilación podemos separar el alcohol presente en el vino, gracias a que sabemos que:

- El alcohol hierve a 78 ºC, mientras que el agua lo hace a 100 ºC.

- Mientras una sustancia se está evaporando la temperatura de la muestra permanece constante.

Experiencia 2: Separación del alcohol disuelto en el vino



Cuando el vino alcanza los 78 ºC, empieza a hervir el alcohol. Sus gases se condensan al pasar por el tubo refrigerado, y el alcohol se recoge en el vaso.



Cuando se acaba el alcohol, la temperatura sube hasta 100 ºC, y empieza a hervir el agua. El vapor de agua se condensa y se recoge en otro vaso.



Al final tenemos un vaso con alcohol, otro con agua y en el matraz los componentes sólidos del vino.
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