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domingo, 18 de diciembre de 2016

Pioneros de la edición fotográfica.


Uno de los primeros experimentadores en estas lides de los que se tiene constancia fue el fotógrafo de origen sueco Oscar Rejlander, que vivió casi toda su vida en la Inglaterra victoriana.

 En la década de 1850, Rejlander aprendió la técnica conocida como colodión húmedo, un proceso fotográfico, a la sazón incipiente, que produce una imagen en negativo en un soporte transparente, normalmente un cristal. 



Rejlander fue muy criticado por sus fotomontajes, dirección de fotografía y el uso de modelos desnudos. Compuso esta foto de 32 tomas diferentes y lo llamó “los dos caminos de la vida” en 1857.

Henry Peach Robinson, fotógrafo pictorialista especializado en fotomontajes con múltiples negativos.
Utilizaba la técnica de impresión combinada para crear su obra ‘Fading Away’ (‘Debilitarse’). Este procedimiento consiste en el uso de dos o varios negativos fotográficos en conjunción con otro de fondo para generar una sola imagen en positivo. ‘Fading Away’ una macabra escena victoriana de un lecho de muerte. Robinson tuvo que dejar de hacer fotografías y cerrar su estudio cuando contaba sólo con 34 años; la exposición prolongada a productos químicos fotográficos muy tóxicos había arruinado su salud.


Entre 1885 y 1915, el movimiento fotográfico conocido como “Pictorialismo”.
Los pictorialistas creían que la única buena fotografía era aquella que había sido manipulada.
En aquella época se alteró y se retocó cada foto mediante la reducción o eliminación de enfoque nítido, la impresión en colores distintos al blanco y negro, o la adición de elementos extraños a las imágenes, como pinceladas.
La fotografía de George Seeley, ‘The black bowl’ (‘El llanto negro’), de 1907, es un buen ejemplo de una imagen manipulada pictorialista. 


 Asimismo, la obra titulada ‘Artículos eléctricos para el hogar’ (1949), primer fotomontaje, onírico y surrealista, de la serie ‘Sueños’ de Grete Stern, diseñadora y fotógrafa alemana radicada en Argentina, se enclava ya en el movimiento modernista, que no comulgaba con las tesis de los “pictorialistas”, pero no por ello obviaba las manipulaciones más evidentes.
En la década de los años treinta, otro fotógrafo modernista, el famoso artista estadounidense conocido como Man Ray, era el fotógrafo y el artista arquetípico de la época, siempre deambulando por ahí con los escritores de la Generación Perdida como Ernest Hemingway, con artistas surrealistas como Salvador Dalí y con periodistas fotográficos como Robert Capa. Las mujeres era uno de sus temas favoritos, y, tal vez por eso, su fotografía más famosa y más copiada es ‘Le violon d ‘Ingres’ (‘El violín de Ingres’)


Este montaje es una parodia de los retratos de damas que hacía el pintor Jean-Auguste Ingres. En él aparece el torso desnudo de la cantante de cabaré Kiki de Montparnasse, presentada como un instrumento musical, con los agujeros de sonido de violín en forma de efe minúscula en su espalda.
Hoy día, fotógrafos como Jerry Uelsmann se han convertido en la imagen analógica de los antiguos retoques en la actualidad. Uelsmann sigue siendo un trabajador de cuarto oscuro con increíbles habilidades, conocido sobre todo por sus montajes en blanco y negro, asombrosamente realistas para las antiguas técnicas que utiliza, y de carácter profundamente imaginativo y onírico.



Historia de la edición fotográfica.

Y es que sí, antes de la era digital ya existía el retocado de imágenes por parte de los fotógrafos y de los expertos en la materia; podemos decir que la alteración de imágenes fotográficas es prácticamente tan antigua como la propia fotografía.

Antiguamente se utilizaba la edición para dar suavizado de arrugas en ellos, adelgazamiento de cinturas en ellas, adición y sustracción de personas o elementos en una escena, mejoras de luz y contrastes, montajes artísticos y piruetas onírico-paranoicas con el único fin de asombrar, asustar, ocultar, impresionar o entretener, pero antes los medios no eran los mismos que existen ahora.


Existía el retoque manual por medio de pincel, y tinta negra directamente sobre el negativo, corrigiendo imperfecciones o haciendo desaparecer elementos existentes. La exposición, en el cuarto oscuro fotográfico, de ciertas partes de la fotografía a más o menos luz y la utilización de unos elementos químicos u otros por zonas, también generaban efectos interesantes, ocultando o recalcando sombras y zonas claras, mejorando la luminosidad o el brillo, oscureciendo, etcétera. Eran auténticos genios.



HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA.

La invención de la técnica fotográfica es el resultado de la combinación de diversos descubrimientos técnicos. Entre los precursores se encuentran el filósofo chino Mo Di; los griegos Aristóteles y Euclides, que describieron una cámara oscura en los siglos V y IV a. C; el matemático bizantino Antemio de Tralles, que en el siglo VI utilizó una forma de cámara oscura en sus experimentos; y cuatro siglos después, el matemático árabe Alhacén hizo un claro y profundo estudio acerca de la cámara oscura y la proyección estenopeica. En el campo de la química, San Alberto Magno descubrió las propiedades del nitrato de plata, y Georges Fabricius (1516-1571) las del cloruro de plata. En 1568, Daniele Barbaro describió el mecanismo de un diafragma, y en 1694, Wilhelm Homberg describió el efecto fotoquímico que producía el oscurecimiento de algunos materiales en presencia de la luz. Los artistas ya empleaban la cámara oscura como un recurso para reproducir imágenes y en la L'Encyclopédie de 1751 se describen diferentes tipos que podían utilizarse.
Un primer procedimiento fotográfico experimental fue el heliograbado, descubierto por Joseph Nicéphore Niépce en la década de 1820. En 1826 consiguió su primera imagen (positivo directo) permanente: una vista desde su ventana en Le Gras, utilizando una cámara oscura y como material sensible a la luz una mezcla de betún de Judea. El tiempo de exposición necesario para obtener estas imágenes era muy largo: varias horas en un día soleado. En su búsqueda de un método más efectivo, se asoció con Louis Daguerre y experimentaron con compuestos de plata, fundamentándose en un estudio previo de Johann Heinrich Schulze de 1816, donde mostraba que una mezcla de plata y tiza se oscurecía con la exposición a la luz. Tras la muerte de Niépce en 1833, Daguerre continuó trabajando en solitario, desarrollando en 1837 el procedimiento conocido como daguerrotipo, y difundiéndolo al mundo en 1839. Los estudios previos de Niépce fueron ampliamente superados, y por eso la mayoría de los historiadores consideran que 1839 es el año cero de la fotografía propiamente dicha.
La fotografía nace en un momento de tránsito de la sociedad pre-industrial a la sociedad industrial, favorecida por las innovaciones técnicas de la época. También influye en su nacimiento la filosofía positivista, que establece que cada elemento de la Naturaleza debe ser probado empíricamente. La burguesía es la clase social dominante del momento, que utiliza el retrato como instrumento de autorrepresentación y afirmación de su ascenso social.
El daguerrotipo consiste en la obtención de una imagen sobre una superficie de plata pulida. Para economizar, lo normal era que las placas fueran de cobre plateado, pues sólo era necesario disponer de una cara plateada. La imagen se revelaba con vapores de mercurio, apareciendo en la cara plateada de la placa, que previamente se había sensibilizado con vapores de yodo. Pero era un procedimiento caro, y el equipo pesado, y precisaba de un tiempo de exposición alto, de varios minutos, al principio. Además, los vapores de mercurio eran realmente dañinos para la salud.
En 1840, William Henry Fox Talbot desarrolla un sistema negativo-positivo, en otro procedimiento llamado calotipo. Consistía en obtener un negativo de papel, que luego por contacto era positivado sobre otra hoja de papel. El papel se humedecía en una solución ácida de nitrato de plata, antes y después de la exposición y antes de ser fijada. Supuso el invento de la copia fotográfica, ya que un único negativo podía dar lugar a varios positivos.
En 1842, el astrónomo y químico inglés sir John Frederick William Herschel introduce el proceso llamado cianotipia. También fue el primero en aplicar los términos "positivo" y "negativo" a las imágenes fotográficas. En 1819, Herschel descubrió el poder solvente del hiposulfito de sodio en torno a las sales de plata insolubles, estableciendo un precedente a su utilización como un agente fijador en la fotografía. Informó a Talbot y Daguerre de su descubrimiento en 1839 y que éste podía ser utilizado para fijar imágenes de un modo permanente. Hizo el primer negativo de cristal a finales de 1839.
Para mejorar la nitidez de las imágenes, evitando las rugosidades del papel, en 1850 Blanquart Evrard emplea el papel de albúmina. En estas copias a la albúmina, las fibras del papel están recubiertas con una capa de albúmina de huevo. Luego este papel se sensibilizaba en nitrato de plata.
En el año 1851, Gustave Le Gray presenta el nuevo procedimiento fotográfico del colodión húmedo. El colodión se vierte líquido sobre las placas de vidrio, muy limpias. A continuación, las placas se sensibilizan en un tanque con nitrato de plata, y se cargan en los chasis. Permite la obtención de imágenes negativas muy nítidas. Se llama "colodión húmedo" porque la placa ha de permanecer húmeda durante todo el procedimiento de toma y revelado de las imágenes. Esto suponía que los fotógrafos tenían que llevar consigo un laboratorio fotográfico portátil, a fin de preparar la placa antes de la toma y proceder a revelarla inmediatamente. Se generalizó así el uso de tiendas de campaña y carruajes convertidos en laboratorios para los fotógrafos de viajes que trabajaban en el exterior.
A partir de 1855, triunfa el colodión, el procedimiento más usado en el mundo hasta 1885. Entre los fotógrafos más importantes que trabajaron en España, en este periodo, empleando los negativos de vidrio al colodión, hay que citar al británico Charles Clifford, al francés J. Laurent, y al español José Martínez Sánchez. En 1861 el científico escocés James Clerk Maxwell, mejor conocido por su teoría electromagnética, desarrolla un método para ver fotografías en color mediante la superposición de filtros de color rojo, azul, amarillo; obteniendo de esa forma la primera fotografía cromática permanente, mediante la técnica denominada aditiva. En 1871 nace el procedimiento de las placas secas al gelatino-bromuro, que supone el empleo de una placa de vidrio sobre la que se extiende una solución de bromuro, agua y gelatina sensibilizada con nitrato de plata; que ya no necesita mantener húmeda la placa en todo momento. Se rebaja el tiempo de exposición a un cuarto de segundo, lo que permite posteriormente acercarse al concepto de instantánea fotográfica. Pero las placas al gelatino-bromuro solamente triunfaron después de 1880.
En 1888, George Eastman lanza la cámara Kodak. Su gran éxito comercial fue la introducción en el mercado del carrete de película fotográfica, lo que provocó la progresiva sustitución de las placas de vidrio.
En 1907, la fábrica Lumière comercializa la fotografía en color. Son diapositivas o transparencias en vidrio, conocidas como placas autocromas o Autochrome.
En 1931, se inventa el flash electrónico, que se utiliza sobre todo cuando la luz existente no es suficiente para tomar la fotografía con una exposición determinada. El flash es una fuente de luz intensa y dura, que generalmente abarca poco espacio y es transportable.
En 1948, nace la fotografía instantánea de Polaroid: una cámara que revelaba y positivaba la imagen en tan solo 60 segundos.

Finalmente, en 1990, comenzó la digitalización del ámbito fotográfico: las imágenes son capturadas por un sensor electrónico que dispone de múltiples unidades fotosensibles y desde allí se archivan en otro elemento electrónico que constituye la memoria.



viernes, 16 de diciembre de 2016

LAS PIONERAS EN LA FOTOGRAFÍA. 

La fotografía fue una de las escasas actividades que estaban permitidas a la mujer a finales del S. XIX y principios del XX. No tanto como una forma de expresión artística, sino como una ocupación respetable para ganarse la vida.
En 1816, al francés Nicéphore Niépce (1765-1833) se le ocurrió unir la cámara oscura y un material fotosensible en un solo dispositivo. La imagen obtenida se deterioraba con el tiempo, así que Niépce siguió investigando hasta que diez años más tarde, consiguió fijar esa imagen en una placa de peltre impregnada en betún de Judea. Niépce había conseguido la primera fotografía de la historia, a la que tituló: Vista desde la ventana. Este método sería denominado heliografía. Un discípulo de Niépce, Louis Daguerre (1787-1851), mejoró el sistema, utilizando placas de cobre impregnadas en sales de plata, que situaba en el fondo de una cámara oscura, previamente bañada en vapores de iodo. Las placas eran expuestas durante 10 ó 15 minutos a la luz del sol, que entraba a través de una lente. Posteriormente, las placas eran bañadas en vapores de mercurio y agua salada. El resultado era un positivo de muy buena calidad, pero sin posibilidad de hacer copias.
Daguerre presentó su invento el 7 de enero de 1839 y 18 días después, Henry Fox Talbot (1800-1877) precipitó la presentación de una técnica propia conocida como dibujo fotogénico. La técnica deTalbot aún no estaba completada, pero temió que la presentación de Daguerre frenara sus posibilidades comerciales, hecho que al final ocurrió. A partir del dibujo fotogénico, Talbot desarrolló el proceso conocido como calotipo o talbotipo, utilizando papel impregando en ioduro de plata lavardo con una solución de galo-nitrato. La imagen conseguida era un negativo. La ventaja de este proceso, frente al invento de Daguerre, es que se podían hacer tantas copias como se quisiera. Bastaba con poner otro papel impregnado en cloruro de plata en contacto con el negativo y dejarlo a la luz hasta que positivara.

Talbot patentó el calotipo en 1841, cuando ya lo tenía más perfeccionado ...y cuando estaba azuzado por las deudas. El calotipo no alcanzó los niveles de popularidad del daguerrotipo, debido en parte a su presentación posterior y a su elevado coste por el pago de la patente.

Sin embargo, el retrato en daguerrotipo tuvo mucho éxito entre la burguesia europea de la época, ansiosa de emular a la nobleza que se hacía pintar retratos en miniatura. El retrato fotográfico resultaba más barato y atractivo que la pintura. Este boom del retrato en daguerrotipo fue debido, en gran parte, a que Daguerre "donó" la patente de su invento al Gobierno francés para su uso público, el 19 agosto de 1839, ...a cambio de una pensión vitalicia para él y para el hijo de Niépce. El gobierno francés dió a conocer finalmente los secretos del proceso, haciéndolos así de dominio público. Sin embargo, antes de la publicación del proceso, el daguerrotipo fue patentado en el Reino Unido, donde se exigía el pago de un royalty para su uso profesional o privado...se mascaba la tensión entre Daguerre y Talbot.

Una pléyade de fotógrafos itinerantes, conocidos como operadores transeúntes, se dedicaron a extender la técnica del daguerrotipo al resto de Europa. Estos fotógrafos iban de una ciudad a otra con un improvisado estudio fotográfico, entusiasmando a los aprendices, que terminarían instalando sus primeros gabinetes fotográficos para satisfacer la naciente demanda de la burguesía.

La afición de Talbot por poner en práctica su calotipo contagió a su esposa Constance Talbot (1811-1880) y a una colega botánica llamada Anna Atkins (1799-1871). El mismo Talbot diseñó una pequeña cámara de madera, conocida como "la ratonera", que constaba de una lente y una "trampilla" trasera de madera en la que se colocaba el papel sensible. La ratonera fue utilizada por ambas mujeres aunque existe una disquisición entre quién de ellas fue la primera fotógrafa. Como no se dispone de las primeras fotografías atribuibles a cualquiera de ellas dos, no puede dilucidarse quien fue la primera. De cualquier manera, ambas compartieron la misma cámara y la misma pasión por una técnica que apenas comenzaba a vislumbrarse.


Anna Atkins, sin embargo, pasó a la historia como la primera mujer que publicó un trabajo científico utilizando métodos fotográficos. Su padre era amigo de John Herschel (1792- 1871), quien acuñó por primera vez el término "fotografía" e inventó la cianotipia. Esta técnica consistía en impregnar un papel en una emulsión de sales de hierro, de color amarillo-verdoso. Sobre éste soporte se colocaba un objeto fijo y se exponía a la luz natural hasta que la emulsión viraba a color gris. Posteriormente, se lavaba con agua, que actuaba como fijador de la imagen cianotípica. El resultado era un fotograma de color blanco en la zonas no expuestas y de color azul claro (cian) en las expuestas. Por este color azul dominante se le conoce también como "blueprint". En 1843, Anna Atkins publicó la primera obra fotógrafica de la que se tiene constancia British Algae: Cyanotype Impressions, justo al año siguiente de que su amigo Herschel inventara la cianotipia. Esta primera obra constaba de varios tomos que continuaría apareciendo en los diez años siguientes. En 1854, Atkins publicó la obra Cyanotypes of British and Foreing Flowering Plants and Ferns, junto a su amiga Anne Dixon. La técnica de blueprint ha sido utilizada por los diseñadores de cámaras fotográficas hasta los años 40 del siglo XX. Los bocetos se presentaban en blueprint como paso previo a la construcción de los prototipos.

En 1851, el escultor inglés Frederick Scott Archer (1813-1857) presentó un nuevo sistema de impresión fotográfica denominado placa húmeda o colodión húmedo. La ventaja de este sistema respecto al daguerrotipo estribaba en que disminuía el tiempo de exposición a la luz solar, de 15 a 2 min. Este factor era muy importante a la hora de hacer retratos porque evitaba que el retratado permaneciera quieto durante ese lapso de tiempo. El colodión era una especie de mezcla explosiva, conocido también como algodón-polvora, con la que se impregnaba una placa de cristal. Esta mezcla disuelta en éter era óptima para albergar las sales de plata fotosensibles. La imagen resultante era igual que el calotipo, es decir una imagen negativa. Este sistema no hubiera tenido tanto éxito si no fuera por la utilización del papel albúmina, utilizado en el proceso de positivado. Con el colodión húmedo de negativo y el papel albúmina de positivo se obtenían fotografías de muy buena definición tonal. Sin embargo, el sistema de placa húmeda presentaba un importante problema. La volatilidad del éter, obligaba a preparar el colodión en el mismo momento de su uso y el revelado tenía que hacerse muy poco después de tomar la fotografía. Este proceso obligaba a llevar consigo todo el pesado material fotográfico, que incluía: la cámara, el trípode, las placas, los botes con los líquidos y una tienda a modo de cuarto oscuro. La fotografía en exteriores suponía un trabajo previo de planificación y organización.

En 1854, el francés Adolphe Disderi (1819-1899) puso de moda la carte de visite o tarjetas de visita. Estas tarjetas eran pequeños retratos de 10,1x6,3cm, montados sobre una cartulina. Disderi se fabricó una cámara oscura con seis objetivos, por lo que conseguía seis fotografías en una misma placa. Este método abarató mucho el retrato, frente al coste del daguerrotipo que, poco a poco, fue abandonándose, desapareciendo prácticamente en 1865. El boom de las cartas de visita se extendió a toda Europa y fue otra de las razones de la popularización de la fotografía. Hacia 1863, el formato de la carta de visita fue sustituido paulatinamente por el 10x15cm. Conocido entre la burguesía como Cabinet, este formato fue introducido por la firma inglesa Windsor & Bridge.

Disderi fue de los primeros fotógrafos que se consideraron artistas. Sus retratos trataban de imitar a la pintura, por lo que eran muy elaborados. Rodeaba a los retratados con sus objetos más preciados o los disfrazaba. Su libro El arte de la fotografía, editado en 1862, sentó las bases teóricas de lo que se conocería como la fotografía academicista o pictorialista.

La cámara fotográfica inventada por Disderi se llegó a fabricar hasta con 12 objetivos. Esta no era la única cámara peculiar que existía en el mercado. En 1851, Lewis diseñó la primera cámara con fuelle, idea que tuvo mucho éxito perdurando hasta bien entrado el siglo XX. En 1853, se comercializaron las primeras cámaras con lentes estereográficas. Estas cámaras tomaban dos fotografías casi iguales, que colocadas convenientemente en un estereógrafo, podían visualizarse en 3D. La fotografía 3D fue uno de los entretenimientos más exitosos de la sociedad de final del siglo XIX, hasta la llegada del cinematógrafo en 1894. En 1859 se comercializaron las cámara panorámicas inventadas por Thomas Sutton (1819-1875). Para abarcar un amplio campo de visión, estas cámaras de madera montaban un respaldo curvado donde se colocaba la placa de cristal también curvada, alcanzando un ángulo de visión 120º.

En estos primeros años, la mujer se incorpora inmediatamente al negocio de los gabinetes o estudios fotográficos. La misma esposa de Disderi, Geneviéve Elisabeth Francart (1817-1878) quedó a cargo del primer estudio fotográfico de su marido, en la localidad de Brest, en la calle Siam. Disderi se marchó a Nimes para aprender la técnica del colodión húmedo y posteriormente se instaló en París, dejando a su mujer al frente de su antiguo negocio en Brest. La mayor parte de las fotografías de Brest de aquellos años se deben a ella. Aunque en 1872 se instaló en París con su marido, ella mantuvo un estudio de su propiedad en el nº 146 de la calle de Bac, que heredó su hijo Jules a su muerte.

En España, Amalia López Cabrera (1838-1899) se convierte en la primera mujer que instala un estudio fotográfico, regentado exclusivamente por ella. Aunque nació en Almería, en 1858 se trasladó a Jaén con su marido. Allí el Conde de Lipa, un operador transeunte que llegó a ser fotógrafo oficial de la reina Isabel II, daba clases y facilitaba los materiales para hacer daguerrotipos. Está documentado que en 1860, Amalia regentaba un estudio fotográfico en la calle Obispo Arquellada, nº 2, de Jaén y llegó a presentarse a un concurso de profesionales celebrado en Zaragoza en 1868. Otra española pionera, Anaïs Napoleón (1827-1916) ya se dedicaba a hacer daguerrotipos desde 1850, si bien lo hizo acompañada siempre de su marido Antonio Fernández. Ambos comenzaron con un estudio situado en la casa familiar de la Rambla de Santa Mónica, nº 17, de Barcelona, que llamaron Fernando y Anaïs. En 1862 instalaron su estudio en el nº 15 de la misma rambla. En 1867 se incorporó al negocio su hijo Emilio y la presencia de Anaïs fue haciendose más testimonial.
En febrero de 1861, Hilda Sjölin (1835-1915) con solo 25 años de edad, inaugura su estudio en Västergatan, un barrio de Malmö (Suecia). Hilda, la primera fotógrafa sueca, realizó la primera fotografía estereográfica de la bahía de Malmö en 1864. En el otro extremo del planeta, Shima Ryuu (1823-1900) abría un estudio junto a su marido en 1865 en la localidad de Edo, convirtiéndose en la primera mujer fotógrafa en Japón.

A pesar de lo engorroso de la práctica de la fotografía en estas primeras décadas, también proliferan las fotógrafas aficionadas, sobre todo en los países desarrollados: Europa, Norteamérica y Japón. Las primeras entusiastas de la fotografía lo fueron por muy diversos motivos. Algunas lo hacen por "contagio" de aquellos pioneros de las técnicas fotográficas, como la misma Constance Talbot; o de la mano de algún familiar aficionado, como Alice Austen (1866-1952), quien llegó a la fotografía de la mano de su tío. Otras lo hicieron por pura necesidad, como la estadounidense Julia Shannon, una pluriempleada que compatibilizaba la fotografía con su oficio de matrona. Otras se aficionaron por casualidad como Julia Margaret Cameron (1815-1879) que recibió una cámara como regalo de sus 48 años, de manos de su hija.


Julia Margaret CameronJulia Margaret Cameron estuvo en activo apenas doce años, desde 1863 a 1875. Nacida en Garden Reach, Calcuta, como Julia Margaret Pattle, el 11 de junio de 1815. Estudió en París e Inglaterra desde 1818 a 1834. De vuelta en la India, conoció a su marido Charles Hay Cameron, dueño de una gran plantación de té. Cameron, 20 años mayor que ella, le proporcionó una vida más que desahogada.
En 1848 se mudaron a Inglaterra y en 1860 se establecieron en la Isla de Wight con su numerosa prole de hijos naturales y adoptados. Cameron contaba 48 años de edad cuando comiezó su carrera fotográfica. Aquel regalo de su hija sería bien aprovechado. Cameron se enganchó a la fotografía con entusiasmo, convirtiendo la carbonera de su casa de la isla de Wight en un laboratorio y estudio fotográfico. Su amigo John Herschel le asesoró en la técnica del laboratorio, como lo hiciera también con Anna Atkins.




Destacó por sus retratos. Siguiendo la corriente de la fotografía academicista, disfrazaba a sus modelos. Sus hijos, familiares, amigos y sirvientes los sometía a largas sesiones de posado, debido al largo tiempo de exposición y a sus experimentos con la luz. Supo sacar fuerza y expresión en sus rostros jugando con la luz, el soft-focus y el desenfoque. Según su propia versión, una fotografía desenfocada le gustó y experimentó deliberadamente con este fallo. El soft-focus lo conseguía utilizando lentes pequeñas con placas de formatos grande. Este método fue criticado por sus contemporáneos, obsesionados por la calidad técnica, pero a la postre estos experimentos le serían muy reconocidos. Los retratos de Cameron se hicieron muy famosos y grandes personajes de la época posaron para ella, entre los cuales destaca Charles Darwin, autor de la teoría de la evolución de las especies. La casa de Cameron, conocida como Dimbola, es actualmente un museo de arte, después de evitar su demolición para construir bloques de pisos. Cameron es considerada como una pionera del pictorialismo, que se desarrollaría en Europa entre 1880 y el final de la I Guerra Mundial en 1919.

Fue miembro de la Sociedad Fotográfica de Londres y Escocia, expuso su obra en Londres en varias ocasiones (Colnaghi´s, Galería Francesa y Galeria alemana). Además, ganó la medalla de oro de Berlín. En 1874 empieza a escribir "Annals of my glass house". Alfred Tennyson, un poeta vecino y amigo, le convenció para ilustrar su libro "Idylls of the king and other poems". Realiza 12 fotografías para esta publicación. En 1875 produce la segunda parte de este libro de poemas en el mismo formato que el anterior y se muda a Ceylan. Allí intenta continuar con su pasión, pero la dificultad de acceder a los materiales le fuerzan a abandonar hasta su muerte en 1879.

En la década de los 60 del siglo XIX, las técnicas del daguerrotipo y el calotipo habían desaparecido prácticamente. El colodión húmedo era la técnica fotográfica más extendida. Así se mantuvo incluso cuando en 1871, el inglés Richard Leach Maddox (1816-1902) ideó el proceso denominado placa seca. La misma placa de vidrio utilizada en el sistema de placa húmeda, se impregnaba ahora con una emulsión de agua, gelatina y bromuro de cadmio. A esta emulsión se añadía nitrato de plata que reaccionaba con el bromuro. La placa ya estaba sensibilizada y se dejaba secar. Convenientemente protegida de la luz, la placa seca se convertía en un negativo, del que podían obtenerse múltiples positivos. Al papel de albumina, utilizado para positivar, se le unió el de gelatina o papel baritado, un papel impregnado de los mismos materiales utilizados para la fabricación de la placa seca.
En 1878, Charles E. Bennett descubrió que si calentaba lentamente la emulsión de gelatina-bromuro para secarla, aumentaba la sensibilidad a la luz y se endurecía más. El resultado era una emulsión más resistente al rayado y la disminución de la exposición a un cuarto de segundo. Esta última ventaja se convirtió en un inconveniente para los fotógrafos amateurs. En esta técnica era frecuente que las fotografías salieran veladas debido a la alta sensibilidad por lo que solo los buenos profesionales las realizaban correctamente. Fue necesario incorporar el obsturador en las cámaras oscuras porque no daba tiempo a tapar el objetivo, como ocurría con la técnica del colodión húmedo. Aquí se pudo hablar por primera vez de tomar una instantánea como sinónimo de tomar una fotografía.

Las cámaras con obturador comenzaron a comercializarse en 1879, sentando las bases de la fotografía moderna. Sin embargo, el peso de los equipos convertía en un calvario cualquier trabajo en el campo, por lo que la fotografía seguía relegada principalmente al estudio y a los profesionales.

En 1880, George Eastman (1854-1932) montó una pequeña empresa en un ático alquilado en Rochester, una floreciente ciudad del estado de Nueva York. La empresa comenzó fabricando placas secas en serie con una emulsión y una maquinaria inventada por él. Eastman era un hombre tenaz y con buen olfato comercial, por lo que quería hacer de la fotografía un objeto de consumo. Empezó por disminuir la pesada carga de las placas secas, experimentando con el papel como soporte de la película. A Eastman no se le daba bien el diseño de la cámaras fotográficas y para tal fin contrató a un antiguo fabricante de cámaras, William Walker. Mientras Eastman experimentaba sobre la emulsión idónea para impregnar una tira de papel o película; a Walker se le ocurrió enrollarla en dos rodillos que pasaban la película de un lado a otro. Todo el dispositivo se introducía en una caja de madera totalmente opaca.

En 1885, este carrete se presentó en varios formatos que se adaptaban a los repaldos de las cámaras fotográficas de la época, sustituyendo a las placas. Ante su escasa aceptación en el mercado, Eastman comercializó su primera cámara compacta en junio de 1888, la Kodak 100 Vista. Este modelo consistía en una caja de madera con una lente, pero sin visor. En su interior se colocaba el rollo de película de papel con capacidad para hacer 100 fotografías. Una vez que se agotaban, se enviaban a Kodak para su revelado. La compañía devolvía las fotos reveladas y la cámara cargada con otra película nueva. De ahí que el famoso lema de Kodak fuera usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto.

Aparentemente, este sistema evitaba tener que transportar cien placas fotográficas, algo realmente revolucionario. Sin embargo, esta simplificación de la fotografía no gustó a la mayoría de los fotógrafos profesionales porque lo consideraban un intrusismo. Además de la escasa calidad técnica de la película de papel, los fotógrafos se quejaban de que este sistema no les permitía controlar el resultado final de la foto en el laboratorio. Pero Eastman lo tenía muy claro: quería vender sus cámaras al mayor número de personas. Con el fin de ampliar su clientela, en la publicidad de esta cámara siempre figuraba una mujer, la "señora Kodak". Es muy posible que fuera esta cámara la que recibió Frances Benjamin Johnston (1864-1952) como regalo de un amigo de la familia, el mismísimo Sr. Eastman.


El interés por la fotografía de Frances Benjamin Johnston le llevó a formarse en una de las mejores instituciones de Estados Unidos, el Instituto Smithsonian. Frances tuvo acceso a la Casa Blanca y realizó numerosos retratos de personajes relevantes de la época. En 1895 montó su propio estudio detrás de la casa de sus padres, en la calle NW 1332 V en Washington D.C. y en 1913, instaló otro estudio en Nueva York. Fue la primera mujer fotodocumentalista freelance de la que se tiene noticia. Sus fotografías sobre la segregación de razas en los colegios de Washington D.C. fue impactante. No dejó de recibir encargos a lo largo de toda su vida. Con este fin, viajó a Europa y a Oriente Medio. Aprendió directamente de los hermanos Lumiére el proceso de autochrome para realizar fotografías en color, quienes lo comercializaron en 1907. Desde 1920 hasta prácticamente su muerte recibió encargos de varias Universidades estadounidenses para fotografíar los edificios históricos abandonados o en franco deterioro.

Esta mujer fue además una de las comisarias de la Exposición fotográfica American Women Photographers, realizada con motivo del 3º Congreso Internacional de Fotografía que se celebró en la Exposición Universal de París de 1900. Esta exposición reflejó la pujanza de la afición y profesionalidad de 30 mujeres fotógrafas norteamericanas a comienzos del nuevo siglo XX.

En 1884, al sacerdote norteamericano, Hannibal Goodwin (1822-1900) se le ocurrió utilizar el celosoide o celuloide como soporte de la emulsión fotográfica. Este material sintético era nitrocelulosa y había sido inventado en 1869. Goodwin intentó patentar su película flexible en mayo de 1887, pero fue rechazado por la oficina de patentes por considerarlo poco desarrollado.

Por otro lado, Eastman reconoció sus limitaciones para conseguir por sí solo la película idónea, por lo que contrató al químico Henry Reichenbach en 1886. Dos años después, sus investigaciones le permitieron desarrollar una película muy parecida a la de Goodwin. Cuando Reichenbach fue a patentarlo en abril de 1889, le informaron de que su invento ya estaba "inventado" por Goodwin, solo a falta de su desarrollo. No obstante, Kodak obtuvo la patente en diciembre de ese año, basándose en que su película contenía alcanfor, a diferencia de la de Goodwin. Eastman y Goodwin se enzarzaron en un pleito que duró 25 años. Durante ese tiempo, Goodwin obtuvo, por fin, su patente el 13 de septiembre de 1898 y el 31 de diciembre de 1900 moría en un accidente, cuando su empresa se estaba preparando para comercializarla. En 1914, el Tribunal de Apelaciones dictáminó que Kodak tendría la patente a partir del 13 de septiembre de 1915, a cambio de resarcir a la empresa de Goodwin con 5 millones de dólares, lo que suponía el 5% de los beneficios netos de Kodak en aquellos años. Así fue como Kodak pudo seguir fabricando en serie las películas fotográficas de celuloide enrollables. Los diseños de las cámaras Kodak permitían que sus propietarios ya no tuvieran que enviar la cámara completa para su revelado, sino solo el carrete.

Paradójicamente, fuera del ámbito de las cámaras Kodak, el carrete fotográfico no fue adoptado por el resto de las cámaras fotográficas de la época. La película de celuloide fue utilizada por Edison para sus kinetoscopio y kinetógrafo, antecesores del proyector y de la cámara de cine, respectivamente. Tendría que llegar la originalidad de Oskar Barnack, quién utilizó el carrete para su Leica, inaugurando así el formato de película de 35mm que sobrevivió hasta advenimiento de la era digital.


A comienzos del siglo XX, las mujeres estaban plenamente integradas en el mundo de la fotografía, no ya como asistentes o propietarias de un estudio fotográfico, sino como artistas, fotógrafas de prensa o documentalistas. En los artículos siguientes puede conocer a sus principales protagonistas.
HOMBRE Y MUJER EN LA HISTORIA DE LA 

FOTOGRAFÍA.

Tradicionalmente, a los hombres y a las mujeres se les han asignado unas funciones determinadas, un rol hermético del cual no debían ni podían salir. El papel de cada género se fue construyendo a partir de estereotipos que encasillaban al hombre y a la mujer: estos tenían que ser fuertes, poderosos, sabios y autoritarios, frente a ellas que debían poseer belleza, ser sumisas, frágiles y dependientes.

Son muchas las manifestaciones artísticas que reflejan estos compartimentos estancos, entre ellas la fotografía, que a lo largo de 170 años de historia ha retratado la sensualidad y la elegancia de los cuerpos femeninos, el vigor de los masculinos y también cómo ambos se funden en perfecta armonía o cómo se intercambian los roles. La fotografía ha sabido captar cómo la mujer adoptaba, paulatinamente y con determinación, la decisión de tomar parte activa en la vida social, laboral y cultural más allá del ámbito doméstico, y de cómo el hombre reivindicaba con timidez una faceta tierna y sensible, incluso su derecho a la inseguridad.


La exposición, “artística y antropológica a partes iguales”, según afirma Francisco Carpio, crítico de arte, es una oportunidad excepcional para reflexionar sobre el papel que hombres y mujeres han tenido y tienen en la sociedad. Una completa selección de imágenes refleja las grandes diferencias entre sexos, diferencias que han determinado el comportamiento de ambos géneros, la forma que éstos tienen de mostrarse ante el mundo.




Grandes fotógrafos

Percepciones reúne un total de 130 imágenes, “la gran mayoría son originales y las que no, se han reproducido fielmente, según la época en la que se tomaron”, explica Cario, realizadas por más de 50 fotógrafos, entre los que se encuentran muy pocas mujeres.

Entre ellos cabe destacar a Julia Margaret Cameron, Nadar y André-Adolphe-Eugène Disdéri, del siglo XIX; pero el grueso de la selección está formado por autores del siglo XX, como August Sander, Willie Brandt, Edward Weston, Brassaï, Edward Steichen, Lewis W. Hine, David Seymour, Robert Frank o Anselm Adams. La exposición incluye también retratos de actores como Sarah Bernhardt, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Marilyn Monroe o Paul Newman.

La muestra se articula en torno a cinco grandes apartados temáticos y descriptivos. El primero de ellos, Poder y autoridad, refleja el rol tradicional asignado al hombre hasta hace tan solo unos años. La figura paternal, segura de sí misma, fuerte y con carácter, que domina el mundo y del que depende el resto de la familia. El visitante se va a encontrar con un hombre aparentemente insensible que exhibe su autoridad ante la sociedad, ante la mujer y ante sus hijos.

Esta sección recoge imágenes de Lewis W. Hine, como las fotos de obreros construyendo el neoyorkino Empire State Building, o la imagen del campeón de boxeo Primo Carnera, tomada por Edward Steichen en 1933, recibiendo un ramo de flores de una niña. También las de Vincent Cianni que, en la década de los 90, fotografió a un grupo de jóvenes en un barrio hispano de Brooklyn.

Rompiendo arquetipos.

En Sensualidad y sumisión, segundo apartado, se muestra la imagen que ha tenido la mujer en un mundo tradicional en el que el hombre marcaba las reglas. Se pueden contemplar imágenes en las que la mujer exhibe sus capacidades maternales y su condición de ama de casa. Este arquetipo lo refleja a la perfección el trabajo de B. J. Falk, con su elegante retrato de 1887 de Mrs. Langtry, o el del fotógrafo americano Fowler, representando a una mujer posando con su vestido de novia.

El recorrido expositivo continúa con Seducción y deseo, donde se incluyen imágenes que muestran la atracción sexual entre el hombre y la mujer. Entre los ejemplos se encuentra el retrato de un joven con corona de laurel, realizado hacia 1900 por el barón Wilhelm von Gloeden; la fotografía de 1974 de Mark Goodman, en la que se muestra la seguridad adolescente o la desafiante mirada del retrato de Paul Newman, obra de Candice Bergen.

En Alma desnuda, el visitante va a encontrar imágenes que describen cómo, tanto el hombre como la mujer, quieren despojarse de los estereotipos que les han marcado a lo largo de la historia y poder mostrar así “su alma desnuda”, lo que realmente importa. Un buen ejemplo es Ophelia Study No. 2, de Julia Margaret Cameron de 1867, así como los espléndidos retratos de mujeres como Greta Garbo, Marlene Dietrich, Eva Le Gallienne o Frances Farmer, obra de Edward Steichen.

Finalmente, la exposición concluye con la sección Quiero ser tú, que refleja la fascinación del hombre y de la mujer por el rol del otro. Se recogen fotografías que constatan dos tipos de imitación: la que surge de la admiración, frente a la ironía que es terapia para superar complejos pasados. El ansia femenina por un aspecto duro y seductor se puede observar en la fotografía de la piloto Lois Hollingsworth tomada por Anne Noggle. Mientras que el hombre femenino se puede ver en la serie Before the Camera (1990-1991) del canadiense Chuck Samuels.



James Jowers. Nueva Orleans, 1970                          
Anne Noggle. Lois Hollingsworth Zilner, piloto de las fuerzas aéreas en la II Guerra Mundial, 1984. 
 
Mujeres que han dejado huella en la historia de la fotografía.

Desde hace muchísimo tiempo, el mundo del arte ha sido un asunto de hombres, en el cual las mujeres poco a poco han ido ganando espacio y reconocimiento, sobre todo en el último siglo; sin embargo, en el caso de la fotografía varias mujeres estuvieron involucradas desde un inicio, tanto que si echamos un vistazo a la historia de la fotografía podremos encontrar a varias mujeres que han dejado huella con sus obra visual.
Hoy queremos hacer mención a algunas de las fotógrafas más destacadas de la historia, para que conozcas un poco de su vida y obra.

Anna Atkins (16 de marzo de 1799 a 9 de junio de 1871).

Fue una botánica, pero pasó a la historia al convertirse en la primera mujer fotógrafa y también fue la primera persona en publicar un libro ilustrado únicamente con fotografías. Desde pequeña tuvo interés en la botánica y supo combinar sus dos pasiones: naturaleza y fotografía, de una forma original y que pasaría a la historia.

Fue gracias a los amigos de su padre como John Herschel y William Henry Fox Talbot, pioneros de la fotografía, que Anna se interesó por los procesos fotográficos, muy novedosos para la época.


Dorothea Lange (26 de mayo de 1895 a 11 de octubre de 1965).


Esta fotógrafa estadounidense fue una de las más destacadas del siglo XX y es conocida por su obra de la Gran Depresión. En los años 30 viajó a lado de su esposo por todo Estados Unidos donde capturó impresionantes imágenes humanista que retrataban la situación por la que atravesaba el país, uno de sus retratos más reconocido hasta el día de hoy es 'Madre Migrante'.
Lange ha sido una de las fotoperiodistas más influyentes sus retratos de familias pobres, inmigrantes y marginados marcaron parte de su obra.

Tina Modotti (17 de agosto de 1896 – 5 de enero de 1942).

Esta fotógrafa italiana empezó su carrera como modelo y aprendiz del reconocido fotógrafo Edward Weston. Durante mucho tiempo Tina se vio influenciada por la obra de Weston, pero con el paso del tiempo su trabajo creativo tomó una dirección propia. Cuando viajó a México se convirtió en activista revolucionara y sus fotografías reflejaban su compromiso ideológico. Su trabajo artístico tuvo dos comentos: el romántico, influenciado por Weston y el revolucionario, que surgió en México. Con su cámara retrató las obras de grandes pintores y artistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco.