FOTÓGRAFAS
DE PRENSA.
El 4 de marzo de 1888 se incluyó por primera vez una
fotografía en el periódico neoyorkino Daily Graphic. Sin embargo, en España la
primera fotografía había sido publicada en el Diario de Valencia en 1852. Se
trataba de un daguerrotipo realizado por Pascual Pérez Rodríguez. En cualquier
caso, no sería hasta el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales o
de entreguerras, cuando eclosionó aquel embrión del fotoperiodismo.
A finales del siglo XIX se desarrolla la prensa rotativa y
se inventa la linotipia. Ambas tecnologías serán claves para las tiradas
diarias de los periódicos y la posibilidad de incluir fotografías en ellos. En
1925, Ernst Leitz presentó su cámara Leica I de muy fácil manejo y portabilidad
y en 1930 aparecieron los primeros flashes de bombilla. Estos nuevos
dispositivos permitieron que el fotógrafo llevara muy poco peso, facilitando la
captura de la imagen al instante y su divulgación en un tiempo record.
Alemania no solo disponía de empresas fabricantes de
cámaras y objetivos de buena calidad (Leitz y Zeiss), sino de una producción
editorial sorprendente. En 1927 circulaban en Alemania más de 4.700 periódicos
y revistas semanales. El jefe de redacción del periódico Münchner Illustrierte,
Stefan Lorant, tuvo la idea de contar una noticia mediante una serie de
imágenes, lo que hoy llamamos reportaje gráfico o fotorreportaje. El fotógrafo
Erich Salomon mejoró considerablemente esta idea en la revista Neuer Berliner
Zeitung cuando entró como redactor jefe en 1931. Desde 1927, tenía la fama de
conseguir fotografías "robadas" con numerosas tretas e imaginación.
Una vez cubrió la noticia del juicio de un asesino de policías con una cámara
escondida en su sombrero bombín. En ese mismo periódico trabajaba en 1930, la
jovencísima Eva Besnyö (1910-2002). Acababa de llegar de Hungría, donde fue
vecina de un desconocido Endre Friedmann (que después se convertiría en Robert
Capa) y a quien le transmitió su pasión por la fotografía. En 1931, se
estableció por su cuenta y trabajó para la agencia Neofot Picture, pero ante el
acoso nazi, tuvo que huir a Amsterdam en 1932.
Henri Cartier-Bresson |
En 1928, vio la luz la revista francesa Vu, que presentaba
los reportajes con muchas fotografías en una misma página, en contra de los
cánones vigentes establecidos por L´Illustration: una foto por página. Lucien
Vogel fue su primer director. En 1932, Henri Cartier-Bresson publicó su primer
reportaje en esta revista. Vu fue una de las pocas publicaciones que
advirtieron abiertamente del peligro de Hitler, mostrando un reportaje gráfico
de los primeros campos de concentración alemanes, en mayo de 1933. Aquel año,
Gisèle Freund (1908-2000) llegó a Francia huyendo de los nazis, con numerosos
negativos ocultos en su cuerpo. A pesar de su juventud, fotografío con maestría
las revueltas demócratas de mayo de 1932 en Franckfort en contra del nazismo.
La cámara Leica que utilizó se la regaló su padre cuando Gisèle tenía 10 años.
Ya en París, comenzó a interesarse por retratar a escritores y artistas,
afición que mantendría a lo largo de su vida.
Las publicaciones gráficas tuvieron mucho éxito y fueron
muchas las que adoptaron el fotorreportaje como método para relatar las
noticias. Esta nueva técnica periodística atravesó el Atlántico y fue adoptada
por conocidas revistas como estadounidenses como Vogue o Harper´s Bazaar. Life
lo hizo desde su fundación por Henry R. Luce, en 1936.
Con el fotorreportaje nacieron los fotorreporteros y las
fotorreporteras. Muchas de las mujeres que se dedicaban a la fotografía en aquella
época de entreguerras comenzaron a salir a la calle y realizar sus primeros
reportajes. Muchas de estas publicaciones optaban por no tener fotógrafos en
nómina y la figura del fotorreportero free-lance era muy común. Los free-lance
eran autónomos en el más amplio sentido de la palabra. Tomaban las fotografías,
las revelaban e iban después tocando a la puerta de cada revista, intentando
venderlas. Pronto tuvieron que servirse de las agencias de noticias para
dedicarse a tomar fotografías y no perder tiempo en ir vendiéndolas por las
publicaciones. Las revistas más prestigiosas optaban por tener en nómina a
grandes fotógrafos, como signo de calidad y prestancia de su publicación. Este
era el caso de Vogue y Life. La irrupción del color con las primeras películas
Kodakchrome y Agfacolor, entre los años 1935 y 1936, hacen a estas
publicaciones aún más atractivas.
Dorothea Lange, fue una de las exponentes más destacables
del género documental. Lange animó a Consuelo Kanaga (1894-1978) a dedicarse a
la fotografía profesional. Desde 1915, Kanaga trabajaba entonces como cronista
del periódico San Francisco Chronicle. A veces realizaba también fotografías
para cubrir la noticia. En 1922 se trasladó a Nueva York para trabajar como
fotorreportera en el periódico New York American. Se puede decir que fue la
primera mujer fotorreportera de la que se tiene noticia. En Nueva York, Kanaga
conoció a Stieglitz y participó en varias exposiciones del Grupo f/64. Sobre
todo destacó por la labor de documentación de la vida de la población negra
americana. En 1931, contrató al afroamericano Eluard Luchell McDonald como
chófer y asistente. Comenzó a fotografiar a él y a su familia. La fuerza de
estas fotografías y la lucha de los afroamericanos por la igualdad le
impresionaron tanto que mantuvo su apoyo contra el racismo hasta el final de su
vida.
Fotógrafa: Dorothea Lange |
El crack bursátil de 1929 había marcado el comienzo de un
periodo convulso, que dio el pistoletazo de salida de una intensa labor de
fotoperiodismo y de documentación gráfica. En Estados Unidos, son varias las
mujeres que salen a la calle a fotografiar la cruda realidad de las
consecuencias directas de la ruina financiera de este país. En 1932, la citada
Dorothea Lange viajó a los Estados afectados por la Dust Bowl, donde fotografío
la horda de agricultores sin tierra que emigraban a las vegas de la costa oeste
de Estados Unidos.
Entre aquellos jornaleros viajaba el joven matrimonio
formado por el fotógrafo Otto Hagel y Hansel Mieth (1909-1998). Ambos emigraron
a Estados Unidos en 1930 desde Alemania. A su llegada, el país estaba en plena
depresión y se ganaron la vida como jornaleros durante varios años. Con una
Leica de segunda mano fotografiaron la vida en estos campos. En 1935, se
trasladaron a San Francisco y fotografiaron las mismas calles llenas de
indigentes y parados que fotografió Lange unos años antes. La pareja vendía
directamente sus fotografías a la prensa y pronto llamaron la atención de Lange
y del Grupo f/64. Sin embargo, a Mieth le gustaba más el reportaje que la
documentación y fue una de las dos únicas mujeres que entraron en la nómina de
Life (la otra era Margaret Bourke-White). Mieth perdió su trabajo en Life en
los primeros años 50, al negarse a delatar a sus amigos. Fue citada por el
Comité de Actividades Antiamericanas y rehusó a declarar, por lo que fue
incluida en la lista negra y "sus amigos de siempre" le dieron de
lado.
La fotografía publicitaria, tal y como la conocemos hoy en
día, comenzó en la década de 1920, pero es en la década de los años 60 cuando
cobra más importancia. La fotógrafa Louise Dahl-Wolfe (1895-1989) fue pionera
en mostrar a las modelos en exteriores, aprovechando la luz natural mediante
reflectores. Entró en el mundo de la fotografía gracias a Anne Brigman (1869-1950),
una fotógrafa del grupo Photo Seccesión. Louise trabajó desde 1936 hasta 1958,
como fotógrafa en la revista estadounidense Harper´s Bazaar. Desde 1958 hasta
su retiro en 1960, trabajó como freelance para Vogue, Sports Illustrated y
otras. Su marido, el escultor Mike Meyer Wolf fue responsable de las
escenografías de sus fotografías de moda. Aunque ella prefería el retrato, se
la conoce más por su creatividad en la forma de presentar a sus modelos. De
ella aprenderían los famosos fotógrafos de moda Richard Avedon (1923-2004) y
Milton H. Greene (1922-1985), quien fue su asistente en la década de los 40.
Fotografía de Louise Dahl-Wolfe para Harper's Bazaar. |