Ampliación: Aparato circulatorio y corazón
El aparato circulatorio está formado por:
Un líquido circulante que varía según el animal: hidrolinfa, hemolinfa, sangre... Pueden tener pigmentos respiratorios como la hemoglobina, la hemocianina... También pueden llevar células como los glóbulos blancos, los hematíes, las plaquetas...
Vasos, que son los tubos por donde circula el líquido circulante: arterias, arteriolas, capilares, vénulas, venas... A veces, en los invertebrados, el líquido se sale de los vasos y baña determinadas cavidades.
Corazón: un órgano que impulsa al líquido circulante por el interior de los vasos.
Relación entre los vasos y el corazón: Las arterias parten del corazón y se ramifican en arterias más pequeñas (arteriolas) hasta llegar a las arteriolas terminales, de unas 20 micras de diámetro. Cada arteriola terminal empalma con un grupo de capilares llamado módulo. Los capilares tienen un diámetro de unas 8 micras. En estos capilares se produce el intercambio de sustancias entre la sangre y el medio interno que baña a las células. Varios capilares se reúnen en una vénula. Las vénulas se van reuniendo para formar venas que, completando el circuito, llevan la sangre al corazón (excepto las venas porta, que pueden ir a otro órgano como la vena porta hepática).
Estructura de los vasos:
Los capilares están formados por una única capa de células (el endotelio). Al ser tan finos, permiten el intercambio de sustancias. Incluso pueden llegar a salir células de la sangre, como los glóbulos blancos.
En una arteria se pueden distinguir varias capas de dentro hacia fuera: un endotelio, un fina túnica íntima, una capa elástica inferior, una túnica media de músculo liso y una túnica adventicia.
En las venas la musculatura lisa es mucho menor y hay menos fibras elásticas, por ello no pueden contribuir activamente a la circulación de la sangre, pero sí de una forma pasiva mediante las válvulas venosas que poseen.
El sistema linfático es otro "aparato circulatorio" además del sanguíneo. Está formado por vasos que recogen el líquido sobrante que baña a las células. El sistema linfático lleva este líquido finalmente a la sangre. También tiene relación con determinados aspectos inmunológicos.