Ampliación: factores de riesgo

Ampliación: factores de riesgo y prevención

1.-factores de riesgo

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo (aprox. 31% de todas las muertes).
Podríamos clasificar los factores de riesgo en dos tipos: modificables y no modificables.
- Factores de riesgo no modificables: aunque no se pueden evitar es importante conocerlos para valorar el riesgo.
  - Factor hereditario: principalmente hijos de personas con enfermedad cardiovascular.
  - Sexo masculino: los hombres tienen más riesgo que las mujeres y suelen tener problemas en edades más tempranas.
  - Edad: a mayor edad, mayor riesgo. Cuatro de cada cinco personas que mueren por enfermedad cardiovascular son mayores de 65 años.
- Factores de riesgo modificables:
  - Tabaco: Los fumadores tienen, estadísticamente, doble probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular que los no fumadores. El riesgo de muerte súbita es mucho mayor. Parece ser que los fumadores pasivos también tienen mayor riesgo que los no fumadores. El 36% de la población española fuma. Según algunos expertos sin se erradicara el tabaquismo habría un 40% menos de infartos. Parece ser que la nicotina aumenta la agregabilidad plaquetaria, el colesterol y los triglicéridos en sangre. Esto favorece la aparición de aterosclerosis. Un efecto parecido provoca el monóxido de carbono que se produce en la combustión del cigarro. La nicotina también favorece los espasmos coronarios.
  - Hipertensión: Cuanta mayor es la presión sanguínea, mayor es el esfuerzo a que está sometido el corazón. No solo incrementa el riesgo de ataque cardíaco, sino también riesgo de accidente vascular encefálico y fallo renal. El riesgo que conlleva la hipertensión es mucho mayor si además hay otros factores como obesidad, hipercolesterolemia, tabaquismo...
    Una tensión superior a 140/90 ocasiona riesgo de sufrir angina o infarto.
  - Hipercolesterolemia: Es decir elevados niveles de colesterol en sangre. Aunque la cosa no es tan sencilla: el colesterol, en sangre, suele estar formando parte de lipoproteínas que transportan lípidos. Las lipoproteínas más interesantes son:

las LDL (lipoproteínas de densidad baja) que transportan colesterol a los tejidos. Su presencia en cantidades excesivas estimula la formación de placas de ateroma en las arterias.

las HDL (lipoproteínas de alta densidad) que parece ser, son capaces de retirar colesterol de las paredes vasculares, por lo que un nivel alto de estas lipoproteínas parece disminuir el riesgo de obstrucción coronaria.

Hay que mantener una cifra total inferior a 200mg/dl. Y considerando ambos de forma independiente, se dice que hay hipercolesterolemia cuando el colesterol LDL es superior a 130mg/dL. En las personas que no tienen ningún otro factor de riesgo se considera que el límite está en 240mg/dL de colesterol total y 160mg/dL de colesterol LDL. En cuanto al colesterol HDL es normal el nivel cuando supera los 35mg/dL.

Además, hay que tener en cuenta que el nivel de colesterol aumenta con la ingestión de grasas que contengan muchos ácidos grasos saturados, y disminuye si las grasas poseen muchos ácidos grasos poliinsaturados. El aceite de oliva (rico en ácidos grasos monoinsaturados) rebaja el nivel de colesterol total y puede aumentar la cantidad de HDL.

Niveles elevados de colesterol pueden deberse a causas dietéticas pero también a predisposición congénita.

Sedentarismo: Las personas que por su trabajo o afición realizan una actividad física moderada poseen menos riesgo de enfermedad cardiovascular. Según los expertos más de dos millones de fallecimientos diarios son consecuencia directa del sedentarismo.
Diabetes mellitus: Más del 80% de los diabéticos pueden padeces enfermedad cardiovascular.
Obesidad: Además de que el corazón se ve sometido a un esfuerzo mayor, también es negativo porque suele influir sobre los nieves de colesterol y la predisposición a la diabetes.
Estrés: Se relaciona tradicionalmente con la enfermedad coronaria.

Es típico que los problemas coronarios se presenten cuando confluyen varios de estos factores.
Respecto al alcohol hemos de decir que, en exceso es perjudicial ya que eleva la presión y puede provocar obesidad. Aunque tomarlo en cantidades moderadas (un vaso de vino al día...) puede ser beneficioso para los enfermos cardiovasculares.

1.-prevención

Prevenir este tipo de enfermedades, incluso desde la infancia, es muy importante.
Hay unas cuantas cosas que podemos hacer para prevenir este tipo de enfermedades:
- Alimentación equilibrada:
  (Según revisión hecha por Willet y col. profesores de medicina Harvard en artículo de Investigación y Ciencia de marzo de 2003)
  - Deben ser abundantes en la dieta los cereales integrales (en las recomendaciones habituales se aconsejaba el consumo de hidratos de carbono complejos , como los de patatas, pan blanco..., pero hoy se desaconseja su consumo masivo).
  - También deben abundar los aceites vegetales (se ha constatado el efecto beneficioso del aceites como el de oliva que reduce el colesterol "malo" y aumenta el "bueno").
  - Gran cantidad de frutas y verduras.
  - También son sanos los frutos secos y las legumbres.
  - Pescados, aves y huevos: de 0 a 2 veces al día.
  - Lácteos una o dos veces al día.
  - Reducir los hidratos de carbono de patatas, pan blanco, arroz refinado, dulces...+
  - Reducir uso de carnes rojas y mantequilla.
  - Vino (SOLO ADULTOS) con moderación.
  Con estas recomendaciones de reducir los hidratos de carbono integrales se pretende evitar un desequilibrio en la glucemia. Se incrementa la ingestión de grasas saludables (mono y poliinsaturadas) que disminuyen el riesgo de afecciones cardíacas.
- Realizar ejercicio de forma moderada: La regularidad es muy importante a la hora de realizar ejercicio. Es conveniente realizar algún tipo de ejercicio diariamente, o por lo menos de dos a tres veces por semana. De hecho los autores de la dieta del apartado anterior incluyen el ejercicio como parte de la dieta. Los beneficios que se obtienen de esta manera son grandes y variados:
  - Se mejora la circulación de las arterias coronarias, lo que beneficia especialmente a los enfermos con estrechamiento de estas arterias. El miocardio responde mejor al realizar ejercicio, con lo que aumenta su rendimiento. Por ejemplo los atletas necesitan en situaciones normales un número bajo de pulsaciones.
  - Las paredes de los vasos se hacen más flexibles.
  - Dificulta la formación de las placas de ateroma en las arterias ya que favorece la formación del colesterol "bueno" y dificulta la formación del "malo".
  - Al "gastar" glucosa en el ejercicio, se reducen los niveles de glucosa en sangre (glucemia), lo que puede favorecer a los diabéticos. También se consume el exceso de grasa.
  - Se reduce la incidencia de cáncer.
  - También baja la presión arterial, conocido factor de riesgo para la enfermedad coronaria.
  - Aumenta la capacidad pulmonar.
  - Con el ejercicio se incrementa la densidad de los huesos, previniendo por tanto la osteoporosis.
  - El ejercicio demasiado intenso no es muy saludable, como por ejemplo el deporte de alta competición.
- Dejar el tabaco:
  La incidencia de enfermedades coronarias en fumadores es triple que en no fumadores.
  - El consumo de tabaco ocasiona enfermedades como bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y distintos tipos de cánceres del tracto respiratorio.
  - Aunque fumar daña directamente el aparato circulatorio, si se añaden otros factores de riesgo el peligro es mucho mayor.
  - El mecanismo principal por el que actúa el tabaco es que la nicotina aumenta la agregabilidad plaquetaria, el colesterol y los triglicéridos en sangre. Esto favorece la aparición de aterosclerosis, con lo que las arterias se vuelven menos flexibles por tanto aumenta el riesgo de hemorragia. La nicotina también favorece los espasmos coronarios debido a que estimula la liberación de dos hormonas (la adrenalina y la noradrenalina), lo que puede originar una angina de pecho, además de taquicardia y aumento de presión.
  - Otro mecanismo es a través de monóxido de carbono CO que, además de ser tóxico en sí mismo, aumenta la agregabilidad plaquetaria.
- Vigilar periódicamente el colesterol (LDL y HDL) en sangre:
  - Cada 5 años aproximadamente en personas "normales" y cada año o menos si se tienen niveles altos.
  - Se considera que hay hipercolesterolemia (colesterol alto en sangre) cuando el colesterol total supera los 200mg/dL. Pero se recomienda determinar la cantidad de cada tipo:
    Se considera que hay hipercolesterolemia cuando el colesterol LDL es mayor de 130mg/dL. En las personas que no tienen ningún otro factor de riesgo se considera que el límite está en 240mg/dL de colesterol total y 160mg/dL de colesterol LDL. El HDL es normal cuando supera los 35mg/dL.
  - El exceso de colesterol favorece la formación de placas de ateroma que obstruyen los vasos.
- Vigilar la presión sanguínea: tener una tensión superior a 140/90 provoca riesgo de sufrir angina de pecho o infarto. Debemos seguir una dieta cardiosaludable, controlar el peso, hacer ejercicio.
- Vigilar la obesidad: La obesidad obliga al corazón a trabajar más, realizará un esfuerzo suplementario que puede dar lugar a un fallo coronario. Las cifras de lípidos, además, serán mayores.
- Enterarse si se padece diabetes mellitus: En este caso deberemos seguir las instrucciones del médico.
- Enterarse si hay antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares: El riesgo se incrementa considerablemente.
- El estrés: Se relaciona tradicionalmente con las enfermedades cardiovasculares.