Se registran actividades comerciales constantes, siempre en relación con el palacio o el templo. Ello quiere decir que los mercaderes trabajaban por encargo de los templos y palacios, al objeto de satisfacer su demanda de materias primas de difícil obtención. Además, no es extraño encontrar transacciones donde el mercader pagaba en plata por productos en los que, en un momento determinado, el templo fuera excedentario.