Nos permite distinguir si el sonido es fuerte o débil.
Está determinado por la cantidad de energía de la onda. Los sonidos
que percibimos deben superar el umbral auditivo (0 dB) y no llegar al
umbral de dolor (140 dB). Este parámetro lo medimos con el sonómetro
y los resultados se expresan en decibelios (dB).