http://en.wikipedia.org/wiki/Virtual_community (Consultado en Diciembre de 2007) Una comunidad virtual es un grupo de personas que interactúan principalmente por medios de comunicación, más que cara a cara. Si el medio de comunicación son las redes de computadores, se suele llamar comunidad en línea. La idea de formar comunidades a través del uso de medios de comunicación no es nueva. En el siglo XVII, la Sociedad Real de Londres (Royal Society of London), formo una comunidad científica a través del intercambio de cartas. Melvin Webber en 1963 y Barry Wellman en 1979 inician el análisis moderno de las comunidades dispersas geográficamente. Benedict Anderson plantea en 1983, que las diferentes tecnologías, tales como los periódicos nacionales, contribuyen a la conformación de una consciencia colectiva nacional, y por tanto una comunidad nacional, lo cual es el principio del estado-nación. El uso del término comunidad, para describir las comunidades virtuales, ha sido cuestionado. La definición tradicional de comunidad, es la de un grupo humano circunscrito geográficamente, como por ejemplo un barrio, ciudad, etc. Pero las comunidades virtuales no tienen esta característica, y por el contrario, sus miembros estas dispersos geográficamente. Sin embargo, si se considera que el término comunidad se aplica para definir algún tipo de límite que determine quienes son sus miembros y quienes no, entonces no hay problema al llevar esta característica a la virtualidad. Aunque hay que tener en cuenta que en las comunidades virtuales, los miembros varían con mucha rapidez al poder unirse y salirse con mucha facilidad. El término comunidad virtual es atribuido al libro escrito por Howard Rheinggold en 1993, en donde examina las comunicación mediada por computadores en los grupos sociales, y señala el bienestar sicológico de las personas al pertenecer a estos grupos. Rheinggold lleva los planteamientos sobre redes sociales de Mark Granovetter en su artículo "strength of weak ties" (la fortaleza de los lazos débiles) al mundo en línea. En una revisión de su libro recomienda leer el trabajo de Barry Wellman. Rheinggold plantea que las comunidades virtuales se forman cuando las personas desarrollan largos debates públicos, con suficiente sentimiento, como para establecer relaciones personales. El ciclo de vida de un miembro en las comunidades en línea fue propuesto por Amy Jo Kim en 2000, y en el plantea que los miembros inician su vida en las comunidades como visitantes. Si las personas encuentren intereses comunes en la comunidad, empiezan a participar como novatos. Después de un tiempo, se les considera habitantes. Sólo cuando la comunidad pasa a ser una parte importante de sus vidas, y por tanto dedican tiempo y esfuerzo en su consolidación, llegan a ser lideres, y con el tiempo, sabios. Algunos ejemplos paradigmáticos de comunidades virtuales que han logrado consolidar una cultura propia y que se han mantenido por trabajo voluntario y sin remuneración, son: - Usenet: creada en 1979 como un sistema de distribuida en internet (precursor de los foros electrónicos y las listas de correo) y que constituye el inicio de las comunidades en Internet. - The WELL: una comunidad en línea pionera, creada en 1985, y que se caracterizó por la cultura que genero entre sus miembros. - Wikipedia: la más grande enciclopedia del mundo. Muchas investigadores se han dedicado al estudio de las comunidades virtuales, algunos de ellos son: - Peter Kollock. En su libro "The Economies of Online Cooperation: Gifts and Public Goods in Cyberspace", Kollock plantea algunas motivaciones claves: reciprocidad anticipada, reconocimiento incremental y sensación de eficacia, sentido de comunidad. - Jonathan Bishop. Plantea que la participación de las personas en las comunidades virtuales, no esta movida por las necesidad (enfoque clásico y que proviene de la teoría de Maslow), sino que esta condicionada por los deseos. Bishop considera que el uso de mensajes persuasivos son el principal medio para interpelar las creencias de una persona. http://www.rheingold.com/vc/book/ (Consultado en Diciembre de 2007) Rheingold, H. (1998). The Virtual Community. Recuperado en diciembre de 2007, de http://www.rheingold.com/vc/book/ Es básicamente la historia de The WELL, el BBS de la era pre-Internet donde tantas cosas sucedieron en los 80s y 90s. El autor lo utiliza como ejemplo para describir historias divertidas (y tristes) y extrapolarlo para definir el mundo de las comunidades virtuales. El libro se completa con amplias historias sobre los MUDs (Multi-User Dungeons) que por desgracia pasaron de moda y sobre el chat (básicamente IRC). Todo esto contado desde la perspectiva de 1993: no-Web, no-puntocoms y no-tantas-otras cosas. De modo que la actualización de 2000 (un capítulo extra) actualiza la historia de The WELL (byebye) y cuenta maravillas sobre el futuro de la Web, incluyendo una predicción de la época Mosaic (pre-Nestacape) totalmente visionaria. En definitiva, interesante. http://www.rheingold.com/texts/tft/ (Consultado en Diciembre de 2007) Rheingold, H. (1985). Tools for Thought: The History and Future of Mind-Expanding Technology. (libro de 1985 en formato digital) Howard El presente libro, publicado originalmente en 1985, ofrece una crónica sobre los pioneros de la informática y de las innovaciones tecnológicas desarrolladas de manera explosiva a partir de la década de los ochenta. En esta nueva edición, el mismo autor incluye diversas entrevistas con algunos de los pioneros analizados en el libro. Su análisis es como una retrospectiva futurista como él mismo la llama ya que mira hacia el pasado, para que de alguna manera intuir el futuro tecnológico. http://www.jonathanbishop.com/Web/Projects/Publications/Display.asp?NoID=62&MID=9&NID=62&Item=17 (Consultado en Diciembre de 2007) Documents 2006. Increasing participation in online communities: A framework for human-computer interaction Jonathan Bishop http://www.jonathanbishop.com/Web/Projects/Publications/Display.asp?NoID=62&MID=9&NID=62&Item=15 (Consultado en Diciembre de 2007) Documents 2005. Evaluation-centred Design of E-Learning Communities: A Case Study and Review Jonathan Bishop http://www.sscnet.ucla.edu/soc/faculty/kollock/papers/economies.htm (Consultado en Diciembre de 2007) The Economies of Online Cooperation: Gifts and Public Goods in Cyberspace Peter Kollock, 1999 http://chass.utoronto.ca/~wellman/publications/science/2031.htm (Consultado en Diciembre de 2007) Computer Networks As Social Networks Barry Wellman, 2001 http://dspace.ou.nl/bitstream/1820/626/1/BURGOSDaniel_e-Thesis_20-04-06.pdf (Consultado en Diciembre de 2007) Tesis doctoral en Comunicación. Estudio de la estructura y del comportamiento de las comunidades virtuales de aprendizaje no formal sobre estandarización del e-learning. Daniel Burgos Solans. 2006. hipótesis: 1. Las comunidades virtuales de aprendizaje no formales mantienen una organización que se identifica con la existente en los sistemas de información basados en grafos dirigidos. 2. Las comunidades virtuales de aprendizaje no formales refuerzan su participación mediante mecanismos de incentivación basados en recompensa. 3. Las comunidades virtuales de aprendizaje no formales refuerzan su participación en línea mediante encuentros presenciales temáticos. Metodología: - En la primera fase, acotamos el cuadro teórico de la tesis definiendo los conceptos base de su enunciado, esto es, aprendizaje telemático, estándares sobre e-learning y comunidad virtual. También en esta fase se presenta un estudio pormenorizado del estado actual de la tecnología asociada a cada uno de los conceptos. - En la segunda fase, realizamos el análisis de tres trabajos de campo. Explicamos y mostramos conclusiones, pero no el experimento en sí. El primero de ellos describe un experimento sobre el nacimiento, crecimiento y motivación de una comunidad virtual creada ex professo en torno a la estandarización del e-learning. En esta comunidad incorporamos mecanismos de incentivación consistentes en la introducción de ejemplos ejecutables de módulos estándar y analizamos el comportamiento de la comunidad en las diferentes fases de su ciclo de vida y las participaciones tanto activas como pasivas. En el segundo trabajo, vinculado con el primero y ejecutado justo a continuación, realizamos el estudio de las mediciones de los registros de participación presencial y online y comparamos los resultados y la evolución en ambos entornos. En el tercer trabajo realizamos el análisis (un trabajo de campo) sobre otra comunidad virtual centrada también en los estándares sobre elearning en el que, a lo largo de tres conferencias presenciales celebradas entre Enero y Junio de 2005, se realiza una serie de entrevistas personales y se recoge una serie de cuestionarios entregados a una población seleccionada y centrada completamente en el tema objeto de estudio. De esta manera aportamos una muestra significativa sobre apreciaciones subjetivas de individuos cualificados. Al mismo tiempo, se analizan los registros de participación y actividad online generados a raíz de la celebración de los tres encuentros presenciales de soporte a la comunidad virtual. - De estos tres análisis deducimos patrones de comportamiento específicos de las comunidades estudiadas y obtenemos conclusiones extrapolables a otras comunidades, como consecuencia de los estudios de campo definidos sobre el marco conceptual descrito con anterioridad. http://www.cibersociedad.net/congreso/comms/c12gomez.htm (Consultado en Diciembre de 2007) La Cibercomunidad Política. Propuesta de análisis para una comunidad virtual Luis Gómez Encinas CONCLUSIONES FINALES Para COFIRC: - El ciberespacio, presentado en teoría como un lugar anárquico, incontrolado y libre, es en realidad un espacio estructurado y estructurante, un lugar de conflicto y de desigualdad. - Ese espacio no se rige por criterios democráticos, sino por mecanismos análogos al clientelismo político y el patronazgo (sistema de producción de colaboradores fieles donde se prima la lealtad por encima del mérito). - Estos mecanismos políticos, que son los que generan el conflicto y la desigualdad, se concretan a nivel técnico con el llamado poder arroba. - Dicho poder convierte a los operadores en guardias fronterizos de espacios que, fundamentalmente, son nuevos, pero que, como pongo de manifiesto, se regulan y administran con arcaicos parámetros. - Mi propuesta para resolver ese conflicto es encauzarlo por vías democráticas, y esto se consigue convirtiendo un espacio público como es una sala de chat, en un espacio político, donde llegado el momento se pueda intervenir con garantías de igualdad y libertad en asuntos no únicamente inherentes a la temática del canal, sino también internos, de organización, representación, etc. sin tener necesariamente que formar parte del grupo de administradores. - Para hacer esto factible considero que sería preciso formular un concepto de ciudadanía o ciberciudadanía que recoja los derechos y obligaciones de los habitantes de una sala de chat. Para los investigadores: - Necesidad de revisar y reconsiderar el concepto tradicional de comunidad virtual, fijado por Rheingold, ya que por encima de la cooperación predomina el conflicto. - Necesidad de dejar de ver el ciberespacio exclusivamente desde una dimensión comunicativa (que contempla a los usuarios como simples emisores y receptores de mensajes) para abordarlo desde una dimensión social (que reconoce interacciones y relaciones más complejas), tarea que nos obliga a recurrir a disciplinas diversas e interrelacionadas, como por ejemplo la sociología, la antropología, la teoría política, el derecho, etc. - Necesidad de establecer continuas comparaciones y analogías entre la vida del ciberespacio (o espacio social virtual) y la vida real (o espacio social ordinario), para comprobar y plasmar las interconexiones entre uno y otro mundo, la fusión o ausencia de distinción que realizan los cibernautas más veteranos, las concomitancias y diferencias entre lo que es, a nivel cotidiano, la convivencia en un mundo y la coexistencia en el otro, y las particularidades que ello contiene. - Necesidad de cuestionarnos o replantearnos categorías cruciales para dar cuenta del ciberespacio, y que tradicionalmente se han tratado de manera sesgada y tópica. Por ejemplo, el concepto de identidad, la propia idea de poder, y sobre todo, el significado y connotaciones de lo que se conoce como ocio, una categoría cuya disparidad entre lo emic y lo etic es tan grande que merece una atención especial. http://www.inteligenciacolectiva.org/principal_proyectos_articulos02.pdf Pérez, G. (2004). El software libre: una esperanza para la inteligencia colectiva. Tecnocultura, 3, (6). Recuperado en enero de 2008, de http://www.inteligenciacolectiva.org/principal_proyectos_articulos.htm Frente a la promesa de riqueza y progreso surgida a partir de la llamada sociedad de la información y el conocimiento, persisten una serie de brechas. La brecha digital; es decir, las desigualdades que se presentan en cuanto al acceso, uso y propiedad de las TIC, afecta a la mayor parte de la población humana, principalmente en lo que concierne a las divisiones entre países ricos y pobres. Aun dentro de aquellos que tienen acceso a la Red, el propósito con que los usuarios ingresan al mundo en línea, pareciera haberse desviado de un modelo ideal basado en el conocimiento, hacia otro en el que impera el entretenimiento tal como lo señala un estudio del año 2000 hecho en la Universidad de Stanford (p. 2). La inteligencia colectiva Si en 1994, el filósofo francés Pierre Lévy planteaba la interconexión de las computadoras como un instrumento al servicio de la inteligencia colectiva, a mediados del siglo XIX, Nathaniel Hawthorne sostenía que el telégrafo eléctrico tenía el poder para crear un nuevo mundo convirtiéndolo en un "vasto cerebro y un gran sistema nervioso que vibrara a lo largo de miles de kilómetros". Ya en nuestros días, Román Gubern menciona que el concepto de la inteligencia colectiva corresponde a un modo de uso de Internet que va más allá del modelo enciclopédico dentro de una estructura de comunicación multilateral. Alejandro Piscitelli sostiene además que estos esquemas colectivos rescatan el principio básico de funcionamiento de Internet: la cooperación (p. 3). Lévy señala que el objetivo básico de la inteligencia colectiva es el reconocimiento mutuo y el enriquecimiento del capital cultural y social de los individuos. Este autor apunta que en aquellos casos donde los procesos de inteligencia colectiva se ha desarrollado de manera efectiva en el ciberespacio, su efecto ha sido el de la aceleración de la velocidad con que ocurre el cambio tecnosocial. Algunas de estas reflexiones coinciden con el trabajo de Howard Rheingold, quien propone la idea de las mentes grupales. Estas mentes colectivas son ejemplificadas en los grupos de usuarios que según este autor, han redescubierto el poder de la cooperación. Este autor no deja de apuntar la ironía que hay en el hecho de que muchas personas hayan recobrado el espíritu cooperativo, rasgo fundamentalmente humano, sólo a partir de mediaciones tecnológicas, como son los entornos virtuales. (p. 4) Consideraciones críticas de la inteligencia colectiva En primer lugar debemos apuntar que las ventajas de la inteligencia colectiva, tal como ha sido propuesta bajo un entorno de operación eminentemente cibercultural, excluyen a la mayor parte de la población mexicana que padece los efectos de la brecha digital. Por otro lado, Pierre Lévy afirma que por sí mismo, el crecimiento del ciberespacio no determina de forma automática el desarrollo de la inteligencia colectiva, sino que sólo proporciona un ambiente favorable para que ésta pueda existir. (p. 5) Lévy menciona además que dentro de las redes digitales también tienen lugar algunos efectos perversos. Bajo la etiqueta de estupidez colectiva, este autor menciona la generación y propagación de rumores, la aparente conformidad y falta de crítica que hay en la Red y en las comunidades virtuales, así como en la llamada "televisión interactiva" (metáfora que describe la recepción pasiva de contenidos de la Red, igual a como suele ocurrir en quienes ven la televisión de forma acrítica y conformista). La acumulación de grandes cantidades de datos carentes de valor realmente trascendente, especie de sabiduría de almanaque virtual. Además, bajo esta categoría podríamos agregar la proliferación de bromas y engaños maliciosos (hoaxes, como las advertencias de virus falsos y otros riesgos inexistentes) que saturan los correos electrónicos de muchos usuarios. (p. 5) El software libre y otras formas de inteligencia colectiva Existen varios ejemplos de trabajo cooperativo en el que hay una generación y difusión de conocimientos a través de Internet. Uno de ellos es la Wikipedia (www.wikipedia.org), donde a partir de la colaboración y el trabajo acumulado de los usuarios, se está construyendo una enciclopedia mundial y gratuita sobre una gran cantidad de temas, libre de ser consultada y citada por todos los cibernautas. Otro ejemplo es el movimiento del software libre, que parece ser un reducto de creatividad y trabajo cooperativo dentro de Internet, que promete la posibilidad de dar un uso más inteligente a los modelos de conectividad que permiten las TIC, haciendo realidad algunos de los ideales ya planteados de la inteligencia colectiva. (p. 6) Podría decirse que el movimiento del software libre ocurre dentro de este nuevo espacio público y de conocimiento propuesto por Mochi Alemán; es decir, un nuevo espacio antropológico descrito por Pierre Lévy, y que está constituido por la tecnología, los significados, el lenguaje, la cultura, las convenciones, las representaciones y las emociones. Este autor reconoce tres rasgos distintivos de este nuevo espacio: · La gran velocidad con la que el conocimiento evoluciona, · El creciente número de personas que participarán de la generación de este conocimiento, · La aparición de nuevas herramientas capaces de poner este conocimiento a la disposición de todos. (p. 7) http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/ (Citado en enero de 2007) Lévy, P. (2004). Inteligencia Colectiva: por una antrología del ciberspacio. Recuperado en enero de 2008, de http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/ Tomado de la Introducción ¿Qué es la inteligencia colectiva? Es Una inteligencia repartida en todas partes: tal es nuestro axioma de partida. Nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo, todo el conocimiento está en la humanidad. No existe ningún reservorio de conocimiento trascendente y el conocimiento no es otro que lo que sabe la gente. La luz del espíritu brilla incluso allí donde se trata de hacer creer que no hay inteligencia: "fracaso escolar", "simple ejecución", "subdesarrollo", etcétera. El juicio global de ignorancia se torna contra el que lo emite. Si lo asalta la debilidad de pensar que alguien es ignorante, busque en qué contexto lo que él sabe se convierte en oro. La primera parte de este libro está consagrada a "la ingeniería del vínculo social", que es el arte de hacer vivir colectivos inteligentes y de valorizar al máximo la diversidad de las cualidades humanas. El proyecto de la inteligencia colectiva es descrito bajo todos sus aspectos: ético (capítulos 1 y 5), económico (capítulo 2), tecnológico (capítulo 3), político (capítulo 4) y estético (capítulos 5 y 6). El corazón de la ingeniería del vínculo social es la economía de las cualidades humanas. Que las potencias de los mensajes, de las máquinas y de las variedades naturales sean finalmente a su vez evaluadas, explotadas y contabilizadas según esta economía subjetiva, que el valor de las cosas se exprese según los mismos signos que las identidades de la gente (y no lo inverso!), que todo nuestro entorno vuelva a ser "humano", esa es la utopía dentro de la utopía que traza "la ingeniería del vínculo social". La segunda parte del libro, "el Espacio del conocimiento" desarrolla la teoría de los cuatro espacios antropológicos anunciada en esta introducción. Después de una primera presentación de la Tierra, del Territorio, del Espacio de las mercancías y del Espacio del conocimiento (capítulo 7), se define la noción de espacio antropológico (capítulo 8), seguidamente se pasa revista a los problemas de la identidad (capítulo 9), de la significación (capítulo 10), del espacio y del tiempo (capítulo 11), antes de tratar más extensamente la cuestión del conocimiento (capítulos 12, 13 y 14). Le segunda parte se termina con el esbozo de una filosofía política concebida como teoría de las relaciones entre los espacios antropológicos (capítulo 15). Incluso si el carácter lineal del texto nos ha obligado a veces a presentar las cosas siguiendo un orden de sucesión temporal, "el Espacio del conocimiento" pretende ser una cartografía, una caja de herramientas conceptual, una guía portátil de la mutación antropológica más que una historia. Utilizo el relato para ofrecer el modo de empleo de los cambios en marcha, para localizar los obstáculos e indicar algunas direcciones de exploración. No pretendo la exactitud histórica y científica, sino la fecundidad filosófica y práctica.