5 “Periodistas de mercado”: Los Nuevos Perros Guardines Puesto que vivimos en la era de las reestructuraciones el periodista no tiene razón alguna para pensar que deba ser tratado con más miramientos que un obrero normal, por eso el periodista aprende a vivir en una selva, más a menudo en el papel de presa que en el de cazador. Cuando un periodista cae en desgracia a las altas esferas, es reemplazado y su editorial es sustituido por el de otro profesional, siendo victima de la purga que es desconocida para el publico en general. En el caso de que la labor periodística de un periodista desagrade a un líder político, puede ser despedido en el acto de su empleo, aunque fuera bien indemnizado, resulta muy instructivo para los otros. Los media brindan una batalla sin tregua, que lleva a la anulación en primer lugar de toda disidencia, retribuyendo a las estrellas mediáticas como a futbolistas. Una estrella de los medios llegó a cobrar en el año 1988, en torno a 120.000.- francos mensuales (20.000.- euros 3.300.000.- Pts), mientras que a los reporteros de a pie se les negaba una noche de hotel con el pretexto de que no hay dinero. Los intelectuales de la corte y del espectáculo se habían dejado seducir por una sociedad que les permitía navegar serenamente de un coloquio a una comisión y esperar como los otros rentistas, ganar dinero por las noches mientras dormían. En cierta ocasión un periodista que intervenía en un programa de debates, perdió este privilegio, por declaraciones críticas contra el primer ministro, pero lo más sangrante del caso son las declaraciones de otro periodista en los siguientes términos “No se puede pasar a cobrar todos los meses al tiempo que se escupe en la sopa”. Cercado por el interés del propietario y de la información, el periodista se debate en una contradicción, más desagradable, cuando esto le es recordado por los políticos como lo demuestra la siguiente frase amenazante de un dirigente: “Usted comprenderá que yo haya hecho saber a su principal accionista que no valía realmente la pena ir a conseguirle jugosos contratos si esto implica leer tales artículos sobre mi viaje…”.